31 de octubre de 2011

viaje en colectivo

Quizás el alma inquieta la empujó a la búsqueda de otras rutinas, sólo para salir de la suya.
Se abalanzó a la aventura de no saber a dónde iba y de saber casi la respuesta de lo que no quería escuchar. Pero es como dicen, lo último que se pierde es la esperanza y es en lo único que se aferraba en ese momento de decisión.
¡Cuántos miedos y preocupaciones dibujaba en su frente! Y miraba a lo lejos de la ventana para convencerse de que si no se arriesgaba ahora, después podría ser demasiado tarde.
Disfrutó un poco del viaje y de su paisaje, pero no pudo alejar los pensamientos de su mente. Ni éstos permitían que pensara en el examen de mañana.
"¿Qué es lo que estoy haciendo?" pensaba, aunque estaba segura que era uno de esos momentos en los que si no cruzaba a la vereda de enfrente, la vida iba a seguir pasándole por al lado*.


*gran frase de Carlos que aplica a todos los momentos de la vida.