29 de diciembre de 2015

El gurú del ahora

Una suerte de gurú. Un gurú existencialista, intenso. Pretty much de lo último, de gran tamaño. Quizás no exista, quizás lo haya inventado yo bajo la necesidad. Necesidad de verme escuchada, de sentirme vista, de escucharme sentida. Tenemos tanto en común que a veces asusta, para bien y para mal. Sé que no me gusta empezar un libro si el que estoy leyendo ahora no lo terminé… pero hay ciertos libros que se hacen notar, te dan ganas de pispearlos, de prestar atención a algunas palabras o al menos ver qué forma tienen –su organización interna, su tapa-.
Por el carácter de gurú es que sonrío. Hay muchas experiencias de desprender, de animarse, de búsqueda-de-lo-que-a-uno-le-hace-bien que llaman mucho mi atención y dan vueltas por mi mente que está en todo mi cuerpo. Yo siento que es porque quiero eso en mi y me obligo a aprenderlo.
Me obligo a aprender. Y aprendo que nada es casual, lo confirmo, reconfirmo, rereconfirmo. Nada es casual. Hay personas que aparecen en momentos de la vida que empujan, te dan el envión para seguir yendo por el camino correcto (que siempre es el que se elige). Hay varios gurús a la espera de aparecer en la situación que les corresponde y sólo están el tiempo necesario, ni más ni menos.



No dar muchas vueltas al asunto 
ni dar nombre 
o etiquetas 
o apurar el curso natural.

22 de diciembre de 2015

Me dice "no me necesites"

Y yo lo necesito cada vez más.

Cada vez más y más.

21 de diciembre de 2015

2015

El año que cambió todo lo que se venía haciendo. La gente nueva que apareció que cambia también la energía total. Los reencuentros. EL reencuentro, quizá el más lindo e importante de toda la historia.
Fue y es fuerte el dolor, y sigue doliendo -siempre es bueno ser sincero-; y la frase "te-extraño" ya es bastante común, se repite con frecuencia. Los logros alcanzados dejan de costado, sin brillo, abandonados a los fracasos (¡en singular!) de este año. Probablemente sea adrede, como parte de cambiar el foco de atención. Y a fin de año todos nos ponemos sensibles, caemos en la realidad de las cosas.
"El maestro aparece cuando el alumno está preparado". Las personas que se fueron -la persona que se fue- que caminan por otro rumbo y existen en otros lados; son (es) maestros, de los grandes, de los que trascienden y enseñan sin saberlo, de los que marcan.

Todavía te subrayo... No es buena señal, ¿no?