30 de abril de 2015

Soy arte

Desde chiquita que llevo el arte dentro mío. Pero hace unos pocos años agarré coraje (porque en lo que respecta al arte, hay que tener coraje para pararse frente a un mundo de títulos y profesiones aceptadas) y decidí que sea mi estilo de vida, mi manera de respirar, la forma en que veo, toco y siento.
Hice de todo: pinté, escribí, leí, saqué fotos, bailé, actué, canté. Lo hice en Pasado, lo hago en Presente y lo haré en Futuro -si es que se me permite hacer esa arbitraria división temporal y para nada cercano a lo que la Realidad es-.
No imagino la vida sin esto porque de esto se trata mi vida. Así lo elegí.
Tampoco me imagino eligiendo uno de todos, dejar de lado cosas no es lo mío. (Supongo que tiene que ver con estar en todos los lugares al mismo tiempo.)
El arte, en todas sus múltiples y maravillosas formas, forma parte de mi espíritu, de lo que estoy hecha. Me atraviesa y termino siendo yo el arte. Soy yo una artista.

Los opuestos se atraen... ¿Pero funcionan?

Los opuestos se atraen... ¿Pero funcionan?
Todo lo que me gusta es ajeno a él. Y todo lo que a él le gusta es ajeno a mi. Entonces, ¿qué compartimos? ¿Ver una obra de teatro es lo mismo que una carrera de caballos? ¿Tengo que hacer sola todo lo que me gusta?  ¿Y él hacer solo lo suyo?
Pienso.
Hay dos formas de ver esto.
Que el amor es más fuerte que todo aquello que nos quiere separar o que estamos forzando la unión en algo que debería estar separado.

Caballito/Almagro

Entre besos y celulares estaban los dos en el banco moderno de la plaza. Aunque llamarle plaza es ser demasiado bondadoso con ese triángulo de cemento que corta la cuadra. Ni tiene árboles ni nada color verde. Sólo unos bancos, de cemento también, que parecen sillas o sillones.
La pareja no tendría más años que los que se tienen en la pubertad. Y los celulares parecían ser el cuarto y quinto integrante de esa relación. Un poco de besos, un poco de Facebook. Otro beso y una risa y alguna foto para Instagram.
Yo paso como una transeúnte cualquiera, que mira a su alrededor y se sorprende. Quizás se fija en detalles que otro no vería y deja de lado cosas que a otro le serían de importancia.
De alguna manera, me veo yo ahí también, formando parte de ese noviazgo -efímero y superficial, tal vez-. Estoy conectada a ellos, formo parte de su red. Y tal vez también forme parte esa señora que está volviendo de hacer las compras. Y los autos que pasan por Av. Rivadavia. Y los alumnos del Sagrado Corazón.